El 15 de septiembre de 1869, bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, se realizó el primer censo nacional de la historia de Argentina. Este hecho marcó un hito importante en el desarrollo del país, ya que permitió obtener por primera vez información detallada sobre la población, sus características y distribución, lo que serviría como base para la planificación y el crecimiento nacional en las décadas siguientes.
Contexto histórico
Durante la presidencia de Sarmiento, uno de los principales objetivos era modernizar el país y fortalecer sus instituciones. Sarmiento creía fervientemente en el poder de la educación y el conocimiento como motores de progreso, y el censo era una herramienta clave para conocer las condiciones del país y diseñar políticas públicas efectivas.
En ese contexto, el censo no solo pretendía contar cuántos habitantes había en Argentina, sino también conocer su composición social, laboral y demográfica.
El país aún estaba en proceso de consolidación tras años de luchas civiles y conflictos internos. Las provincias recién comenzaban a integrarse a un proyecto nacional, y el Estado necesitaba datos precisos para planificar su futuro. Argentina buscaba atraer inmigración para poblar vastos territorios, desarrollar la economía y fomentar la educación, por lo que conocer la realidad del país era fundamental.
Metodología del censo
El censo de 1869 se realizó bajo la supervisión de Diego de la Fuente, director de Estadística Nacional. Para llevar a cabo esta tarea monumental, el gobierno utilizó más de 31.000 censistas, que recorrieron todo el territorio nacional, desde los núcleos urbanos hasta las áreas rurales más remotas. El objetivo era contar a todos los habitantes, sin importar su clase social, edad o género.
El cuestionario del censo incluía preguntas sobre edad, ocupación, lugar de nacimiento, nivel educativo y si las personas sabían leer y escribir, entre otras. También se registraba información sobre las viviendas y la composición de los hogares. A pesar de la complejidad de este esfuerzo, el censo se completó en un tiempo relativamente corto, lo que fue considerado un éxito organizativo.
Resultados del primer censo
Los resultados del censo revelaron que Argentina tenía una población de 1.836.490 personas. De ese total, 901.175 eran hombres y 935.315 eran mujeres. Además, se obtuvo información sobre la distribución geográfica de la población: el 70% de los habitantes vivían en áreas rurales, mientras que el 30% residía en ciudades.

En cuanto a la educación, los datos reflejaron que gran parte de la población era analfabeta. Solo el 22% de los argentinos sabía leer y escribir, lo que confirmó la necesidad de implementar políticas educativas más inclusivas. Este fue un aspecto crucial para Sarmiento, quien ya había impulsado la creación de escuelas públicas y la capacitación de maestros, y los resultados del censo le dieron más argumentos para seguir avanzando en esa dirección.
Otro dato relevante fue que la mayoría de la población trabajaba en el sector primario, principalmente en la agricultura y la ganadería, lo que reflejaba la estructura económica del país en ese momento. También se destacó que el 86% de los habitantes había nacido en Argentina, mientras que el 14% eran extranjeros, principalmente europeos, lo que comenzaba a mostrar el impacto de la inmigración en la sociedad argentina.
Impacto y legado
El primer censo de Argentina fue mucho más que una simple recolección de datos; fue una herramienta fundamental para el desarrollo del país. Los resultados obtenidos sirvieron de base para diseñar políticas públicas en áreas clave como la educación, la inmigración y el desarrollo económico. Además, permitió al gobierno conocer mejor las necesidades de la población y planificar el crecimiento de las ciudades y la infraestructura.
Uno de los efectos inmediatos del censo fue el fortalecimiento de las políticas migratorias. Argentina ya había empezado a atraer inmigrantes europeos, y los resultados del censo ayudaron a justificar la necesidad de aumentar la población extranjera para poblar las regiones menos habitadas y desarrollar la agricultura y la industria. En las décadas siguientes, la inmigración fue un factor clave en el crecimiento demográfico y económico del país.
En términos educativos, los datos sobre el analfabetismo impulsaron la creación de más escuelas y la formación de maestros. La educación pública se consolidó como una de las principales prioridades del gobierno, lo que llevó a una mejora gradual en el nivel de alfabetización en los años siguientes.
El primer censo nacional de Argentina en 1869 fue un evento histórico que permitió al país conocerse a sí mismo y planificar su futuro. Bajo la visión de Domingo Faustino Sarmiento, este censo no solo fue un logro técnico y organizativo, sino también un paso clave hacia la modernización de la Argentina. Con los datos obtenidos, se impulsaron políticas que sentaron las bases del crecimiento demográfico, económico y educativo del país en las siguientes décadas.
Este censo marcó el comienzo de una tradición que se ha mantenido hasta el presente, con censos nacionales periódicos que siguen siendo una herramienta esencial para el desarrollo de la nación.