El evento ocurrió este lunes. No hubo heridos, porque los turistas se habían metido al mar. Hay carteles que advierten los peligros de acampar al pie del barranco. Pero…
Una reposera, una conservadora, ojotas y otras pertenencias de un grupo de turistas resultaron dañadas por grandes porciones de roca que se desprendieron del acantilado de Las Grutas.
Por fortuna, no hubo personas heridas porque los veraneantes estaban en ese momento en el mar, pero generó nerviosismo y temor por lo que pudo haber pasado, si no hubiera sido por la eventualidad al ir al agua.
El derrumbe, que tiene innumerables antecedentes en la villa balnearia aunque es el primero del que se tiene conocimiento en esta temporada, ocurrió el lunes por la tarde en la zona de la bajada Los Acantilados, ubicada en el sector norte, donde la concurrencia de la gente suele ser menor.
Cartelería advierte el peligro
Por la fragilidad que demuestra y los frecuentes derrumbes que se han registrado, hay carteles que advierten los riesgos que representan ubicarse al pie del barranco en busca de su sombra.
Pero mucha gente desconoce los avisos y se ubica igual en el área desaconsejada ignorando el peligro.
Peligro latente
La peligrosidad está latente en todo el frente costero rocoso. Lo confirman distintos estudios científicos y publicaciones que arrojaron el mismo diagnóstico.
En febrero de 2020 el municipio de San Antonio realizó derrumbes controlados en las partes que se observaban fisuras, y con riesgo a cayeran de un momento a otro.
El trabajo –técnicamente denominado “tojeo”- se realizó con la colaboración de Bomberos Voluntarios de la villa turística, técnicos de la Secretaría de Planificación y Desarrollo Urbano, y la colaboración del equipo de Guardavidas, que había señalado en un informe los sectores más alarmantes.
Las tareas correspondieron al Plan de Manejo del Frente Costero grutense que incluía el tramo desde Los Acantilados hasta la denominada “4° Bajada”, completando un total de 3.000 metros.
El trabajo además planteó “Acciones a largo plazo” y establecía “los lineamientos para desarrollar un Plan o Programa de Manejo Integral del Frente Costero que establezca criterios y desarrolle acciones para la conservación y protección de los acantilados”.
Plan de manejo
“Este plan –agrega el documento- deberá abarcar aspectos no solo relacionados con las tareas de estabilización, sino además evaluar e investigar la influencia de otros aspectos de naturaleza antrópica como las redes de drenaje en el sector, el origen de los aportes hidráulicos, el impacto de las vibraciones originadas por el tránsito y el efecto de las cargas existentes debido a la urbanización de la villa balnearia, etc”.
La propuesta incluía generar concientización entre los visitantes, con campañas en los medios radiales y televisivos, como también la articulación con la Oficina de Turismo Municipal, la entrega de folletería informativa a los veraneantes.
Además estaba previsto desarrollar informes periódicos identificando y monitoreando puntos críticos a intervenir para evaluar su evolución, dejando asentado con soporte fotográfico cualquier observación de utilidad”.
